Aún sin quererlo y sin saberlo, y muy a nuestro pesar, nuestros padres, abuelos y antepasados nos han dejado en herencia duelos no resueltos, traumas no superados y todo tipo de secretos. Sin embargo, lo que se oculta a veces se expresa en el cuerpo a través de la somatización. El cuerpo del hijo, del nieto o incluso del bisnieto, sin importar su edad, se convierte entonces en el lenguaje del ancestro herido. Es por lo tanto necesario – para liberarse al fin de esa carga – descodificar y curar las heridas que no se cerraron.
Sobre el autor
Schetzenberger, Anne Ancelin
Anne Ancelin Schützenberger obtuvo una licenciatura en derecho y un doctorado en psicología. Durante la Segunda Guerra Mundial, participó en la Resistencia y en 1945 recibió el Prix de l’Aide Alliée à la Résistance. Una beca Fulbright le permitió especializarse en psicología social y dinámica de grupo en los Estados Unidos, donde trabajó con Margaret Mead y Gregory Bateson en el grupo de Palo Alto. Fue cofundadora de la Asociación Internacional de Psicoterapia de Grupo y, desde 1967, profesora emérita de la Universidad de Niza. Está considerada la creadora de la psicogenealogía.