Alabadas por la crítida y sus pares, las hermasn pintoras brillaron en su corta estadía en la vida pública del arte chileno. Sin embargo, pronto relegaron la pintura a un segundo lugar para formar familias. Ocultas en la intimidad de sus hogares, siguieron desarrollando su talento y sus temas favoritos: flores sensuales en el caso de Aurora y retratos vívidos en el de Magdalena..