Rimas y leyendas (Clásicos)

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Rimas y leyendas (Clásicos)

Béquer, Gustavo Adolfo

Gustavo Adolfo Bécquer tuvo una vida y una muerte tan trágicas como cabe suponerle al máximo exponente del Romanticismo literario español. Rompedoras en lo formal y emocionantes en lo temático, las Rimas nos muestran una de las voces líricas más depuradas y memorables del siglo XIX, cuya fama se ha perpetuado de generación en generación. Las 16 Leyendas presentes en este volumen confirman a Bécquer como el gran renovador del cuento español decimonónico. Su magistral tratamiento de lo fantástico en historias como «Maese Pérez, el organista», «El monte de las Ánimas» o «Los ojos verdes» hace de ellas auténticas obras maestras del relato gótico.

Ficha Técnica
I.S.B.N.:
9788418395840
Editorial:
Alma
E-Book:
Categorías:
Última edición:
1/1/2023
Páginas:
304
Peso:
614 gr.
Formato:
15 x 21 cm

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Sobre el autor


Béquer, Gustavo Adolfo

Gustavo Adolfo Bécquer es, junto con Rosalía de Castro, el máximo exponente del Romanticismo literario español. Nació en Sevilla en 1836, en el seno de una familia de pintores y humanistas, y se quedó huérfano a los diez años. Después de terminar sus estudios, se trasladó a Madrid en 1854 con intención de dedicarse a la literatura.
Sus comienzos en la capital no fueron fáciles, y se vio obligado a trabajar como periodista y adaptador de obras teatrales extranjeras para mantenerse a flote. A los treinta y cuatro años, enfermó gravemente de tuberculosis: estuvo nueve meses en cama y nunca llegó a recuperarse completamente de la enfermedad. Durante su convalecencia, publicó su primera leyenda.
A partir de 1866, su situación mejoró: gracias a su nuevo trabajo como censor oficial de novelas, Bécquer pudo dejar el periodismo y sacar tiempo para centrarse en la escritura. Sin embargo, la suerte no duró demasiado, y el poeta perdió su trabajo a raíz de la revolución de 1868. Ese mismo año, se separó de su esposa. Poco tiempo después, decidió trasladarse a Toledo con su hermano Valeriano, con quien estrechó su vínculo, y allí finalizó el manuscrito de sus Rimas.