¿Te resultan familiares frases como «No puedo con mi alma», «No sé qué comer» o «Todo me sienta mal»? ¿Te da una pereza horrible la cocina? O ¿te sorprendes diciendo: «Me duermo delante del ordenador» o «Me arrastro por la mañana, me dan subidones de hiperactividad por la tarde y por la noche no puedo dormir»? ¿Cómo se arregla esto? Desde luego no es cuestión de un día; son precisos algunos ingredientes básicos como la atención y la fuerza de voluntad, pero cuando se pone en marcha la intención, la diferencia es tan abismal que merece la pena. Ante todo, debemos entender que, aunque comer es uno de los mayores placeres de la vida, no se trata de comer «de cualquier manera». Y que, por otra parte, cocinar no solo es nutrir o alimentar. Es mucho más. Por eso dotar de un sentido a cada plato es un estímulo incansable para la curiosidad y la creatividad. Este libro habla de dietas, sino de cómo desarrollar la capacidad que todos tenemos de llevar cambios a la práctica, cambios que nos ayuden a rendir al máximo de nuestras posibilidades y vivir nuestro potencial como personas. En estas páginas descubrirás que es posible disfrutar comiendo con simpleza y sentido energético y que, al hacerlo, puedes experimentar un gran cambio en todas las facetas de tu vida. ¿Te atreves?
Sobre el autor
Kindelán, María