Cuando no queda espacio para lo sólido, solo queda lo superficial, lo efímero, lo gaseoso La inmediatez, la búsqueda de la rentabilidad, la falta de exigencia y autoexigencia, el desprecio de la tradición, la obsesión innovadora, el consumismo, la educación placebo, el arrinconamiento de las humanidades y de la filosofía, la autoayuda, la mediocridad asumida y la ignorancia satisfecha hacen tambalearse aquello que pensábamos que era más consistente. Todo surge, se propaga, se vende, se compra, se usa tan rápido como se esfuma. Más que en una sociedad líquida –como describiera el gran pensador Zygmunt Bauman–, vivimos ahora en una sociedad gaseosa. Con la esperanza de que aún podemos cambiar las cosas, este ensayo propone una reflexión lúcida, e incómoda tal vez, sobre las variadas y sutiles maneras en que aquello que más sustancia debería tener –la educación, las relaciones, la cultura, el conocimiento– se vuelve gaseoso.
Sobre el autor
Royo, Alberto