Hija Del Tiempo, La (Clásicos)

Hija Del Tiempo, La (Clásicos)

Tey, Josephine

Ricardo III fue un rey cruel que asesinó a sus sobrinos en la Torre de Londres para asegurarse el trono de Inglaterra o eso nos han hecho creer. Postrado en una cama de hospital y soberanamente aburrido, el inspector Alan Grant de Scotland Yard se obsesiona con un retrato del monarca que, a sus ojos de fisonomista, no cuadra con su reputación de monstruo. Ayudado por un joven investigador del Museo Británico, intentará descubrir quién fue en realidad Ricardo III y qué hay de cierto en la historia de los príncipes de la Torre. La hija del tiempo fue declarada por la Asociación de Escritores de Novela Negra del Reino Unido la mejor novela de misterio de todos los tiempos. En ella, Josephine Tey analiza cómo se construye la historia a partir de hechos, pero también de testimonios sin pruebas fidedignas que los respalden. Una obra soberbia y original que, en la época de las fake news, cobra una nueva vigencia.

Ficha Técnica
I.S.B.N.:
9788410206472
Editorial:
Alma
E-Book:
Última edición:
1/2/2025
Páginas:
208
Peso:
473 gr.
Formato:
21 x 16 cms
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Sobre el autor


Tey, Josephine

25 de julio de 1896, Inverness – 13 de febrero de 1952, Londres
Josephine Tey es el pseudónimo de la novelista escocesa Elizabeth Mackintosh, quien también cosechó un gran éxito en su faceta de dramaturga bajo el nombre de Gordon Daviot.
Fue una mujer independiente y muy celosa de su intimidad. Trabajó como profesora en diversos lugares de Gran Bretaña antes de regresar a Inverness para cuidar de su padre. Allí florecieron sus novelas de misterio.
Contemporánea de grandes autoras del género como Agatha Christie y Dorothy L. Sayers, las historias de Tey se alejan de los cánones impuestos por ellas, con tramas tejidas minuciosamente, personajes fuertes pero cercanos, y una perspectiva cinematográfica y psicológica muy marcada. Su personaje más famoso, Alan Grant, protagonizó cinco novelas, entre ellas su obra maestra, La hija del tiempo.
Varias de sus obras se adaptaron para la radio y la televisión, y Un chelín para velas fue llevada al cine por Alfred Hitchcock, que en 1937 estrenó Inocencia y juventud, basada en la novela de Tey.