El joven pintor español enseñó seis años en la Escuela de Bellas Artes de Chile, antes de volver a España y convertirse en uno de los retratistas más importantes de la Corte y pintor de costumbres gallegas. Su huella, sin embargo, fue profunda en la escena artística chilena, inspirando una renovación del arte nacional con su colorida pintura y temas cotidianos..